Jordi, padre de Candela y Àlex
Durante el segundo trimestre de este curso hemos iniciado las obras de adecuación de los espacios de Krisol para prepararnos para las necesidades que traerá el nuevo curso y poner nuestro granito de arena para construir el futuro de Krisol.
Desde la comisión de mantenimiento, encabezada por David, papá de Uma, y con la ayuda de Ana, mamá de Asier, y de Marc, papá de Isaac y Teo, se planifcó y coordinó el trabajo en tres espacios: capilla, primera planta y segunda planta.
En un primer momento y ya antes de las vacaciones de semana santa, se iniciaron las actuaciones en la capilla en una jornada especial destinada sólo al grupo de la comisión. En un futuro el espacio de la capilla se unirá al de la actual sala de euritmia y es preciso adecuar el espacio antes de proceder al derribo de la pared de traviesa. Estas actuaciones consistieron en la eliminación de todo el material de las paredes que se encontraba defectuoso por causa de las humedades y el posterior enmasillado para dejarlas en un estado adecuado, se reabrió una antigua ventana, al estilo de las de la sala de euritmia, que había sido tapiada cuando se construyó la capilla de Villa Matilde, y se procedió a la instalación de los tirantes y guías para la futura construcción del falso techo. Aunque vivimos alguna jornada lluviosa, el ánimo fue muy bueno y contamos incluso con alguno de los niños que compartió un rato de trabajo y juego. En una segunda fase de las obras se han organizado varias jornadas de mantenimiento abiertas a toda la familia de Krisol.
Estas segundas jornadas se centraron sobre todo en la primera y segunda planta. La cantidad de trabajo ha sido enorme y no podríamos dar detalle de todo lo que hemos avanzado sin ocupar un Krisolet entero. Pero hemos podido adecuar tres nuevas aulas, reparando desperfectos, eliminando las viejas instalaciones eléctricas para dotarlas de unas nuevas adecuadas a las necesidades que vendrán y dando una, o varias, manos de pintura para darle un nuevo rostro, que culminará cuando podamos pintarlas con esos tonos tan característicos que tienen las aulas de Krisol. Las jornadas han representado un trabajo duro y un importante desgaste en estos fnes de semana que hemos dedicado a preparar los espacios donde nuestros hijos pasarán los próximos años. A medida que nuestros hijos van creciendo y se desarrollan, vamos ayudando a crecer y desarrollarse al nuevo espacio de Krisol. El esfuerzo y los días dedicados están compensados con los momentos compartidos entre nosotros, estos momentos que nos unen en esta familia nuestra de Krisol. Si cuando algunos de nosotros, aunque sólo seamos dos, nos reunimos para preparar algo, allí está Krisol presente, ¡cuánto más no haremos cuando nos reunimos todos y trabajamos juntos construyendo este nuevo futuro!