¿Qué es la pedagogía Waldorf?
Rudolf Steiner fue un destacado filósofo, sociólogo, educador y científico. Después de la Primera Guerra Mundial, se le encomendó la tarea de desarrollar un modelo educativo que comprendiera todo el ser humano y que condujera a una renovación cultural. Steiner inauguró su primera escuela en el 1919 para los/a hijos/as de los obreros de la fábrica de cigarros “Waldorf Astoria”, en Stuttgart, Alemania.
Pronto, las escuelas Waldorf se extendieron por Europa y por todo el mundo. Actualmente, hay más de 2000 escuelas Waldorf (primaria, secundaria y bachillerato) en más de 90 países de todo el mundo, y 1900 jardines de infancia, situadas tanto en las zonas menos favorecidas : Brasil, Ecuador, Colombia, Perú, como en los países más desarrollados: Suecia, EUA, Canadá y Australia. Cada una de estas iniciativas ha conseguido integrar su concepción educativa en contextos culturals y educativos bien diversos. El enfoque educativo de la pedagogía Waldorf está reconocido por la UNESCO en el marco de las “Escuelas Asociadas”.
En España hay casi una veintena de iniciativas Waldorf que forman parte de la Asociación de centros educativos Waldorf de España.
Steiner creía que lo más importante no es lo que se enseña, sino COMO se enseña. El programa educativo de Steiner no se basa tanto en la asignatura a enseñar, como en el/la NIÑO/A. Transmitir conocimientos es importante, pero aun lo es más ejercitar todas las facultades humanas, el pensamiento, el sentimiento y la voluntad (la cabeza, el corazón y la mano), que reforzaran las ganas de aprender y la alegría de vivir. Por eso, el programa educativo está cuidadosamente adaptado a cada fase del desarrollo del/a niño/a. EDUCAR ES UN ARTE. Podemos estudiar el ser humano con el fin de comprenderlo. Pero cuando estamos delante de un/a niño/a, el/la mismo/a nos mostrará las necesidades que tiene. Está claro que hace falta formarse, pero también es necesarioaprender a observar. Cada situación es nueva. Inventar cada día de nuevo nuestra propia pedagogía sería ideal. Esto es lo que se hace en un proceso artístico. La pedagogía Waldorf es una educación del/la niño/a y del/a joven hacia la libertad, dentro de una continua renovación de la sociedad. La idea de utilizar el arte de educar como fundamento de una verdadera renovación social está presente siempre en esta pedagogía.
La pedagogía Waldorf, como proceso educativo integral, puede caracteritzarse desde tres puntos esenciales que la distinguen de otras metodologías:
- El reconocimiento de la naturaleza particular de cada niño/a.
- Currículum y metodología adaptados a las etapas evolutivas, a la naturaleza psíquica e individual de cada niño/a.
- Equilibrio, durante tota la formación, de las aptitudes intelectuales, artístico-intelectuales, artísticas y manuales (cabeza [intel·lecte], corazón [sentiments] y mano [voluntat]).
Los/as maestros/as incluyen en sus clases los elementos intelectivos, artísticos y práctico-manuales. Estas escuelas no presionan al/la niño/a con exámenes y exigencias de rendimiento, sino que fomentan el desarrollo cooperativo basado en el énfasis de la individualidad. El acceso a estas escuelas es libre, ya que admite cualquier tipo de niño/a, sea cual sea su origen cultural, social, económico o religioso.
La educación Waldorf-Steiner pretende combinar el cultivo del intelecto con el de las cualidades imaginativas y la formación del carácter. Por tanto, las actividades artísticas y prácticas se consideran de igual valor a la transferencia de conocimiento. Cada uno de estos ámbitos de experiencia debería de estar integrado.
La educación no es tan solo un asunto de instrucción intelectual: es un proceso holístico. Tampoco tendría que estar restringida al conocimiento especializado, sino que debería buscar la implicación del ser humano completo. Los/as alumnos/as y los/as maestros/as pueden considerar que han tenido éxito, si consiguen desarrollar en la misma medida el intelecto, y una variada riqueza de vida emocional y volitiva, y si provocan un sentimiento de libertad, igualdad y fraternidad. Las personas entonces no rechazaran los desafíos que plantea la vida ni reaccionaran a las crisis con resignación. En lugar de esto ayudaran a encontrar significado y buscaran y recorreran nuevos caminos. Dar forma a cada clase será un “arte de la educación” que presupone un/a maestro/a creativo que está en constante proceso de desarrollo. En este sentido, educación quiere decir enseñar el tema correcto de la manera adecuada en el momento oportuno.
Si los/as maestros/as consiguen entender las leyes del desarrollo humano y trabajar con ellas, entonces seran capaces de “leer” el ser humano. Los diversos fenómenos fisiológicos y psicológicos que tienen lugar a medida que el/la joven madura han de estar ligados con el ser humano en su conjunto. Se puede comparar con la planta, la totalidad de la cual solo puede ser observada en toda la secuencia de su ciclo vital. Cuando una persona ha aprendido a leer al ser humano lo suficiente para poder basar su acción educativa en este entendimiento, ayudando así al/la joven en el conjunto de su ser, se puede decir entonces que se ha hecho competente en educación, ha alcanzado la aptitud educativa. Puede asumir plena responsabilidad para la educación en la escuela. Entonces el currículum ya no es un simple plan de estudios para ser seguido al pie de la letra, porque emerge de las condiciones necesarias para el desarrollo en cada etapa específica.
Los valores
La educación Waldorf Steiner intenta hacer de la cuestión de los valores humanos el elemento central del currículum. Los/as niños/as de cualquier clase provienen de trasfondos sociales y culturales bien variados. Estos grupos con mezcla de elementos religiosos, étnicos y nacionales confluyen en un grupo social que se mantiene unido durante todo el período escolar. Así, la clase es un microcosmos de la sociedad que los rodea y aquí aprenden a respetar y a entender las diferentes destrezas y debilidades individuales, tanto en términos académicos como sociales..
La armonía social dependen de un entorno educativo integrado, multicultural, de habilidades mixtas con iguales oportunidades para todos/as. Los/as niños/as no se dividen según las habilidades, aunque se produzcan diferenciaciones en algunas asignaturas, sobre todo después de los 14. Lo que se promueve es la continuidad. Los valores de la clase son habitualmente fuertes y permiten a la clase llevar y enfrentar las crisis que tienen lugar como parte del desarrollo normal del/a niño/a.
El deseo de una educación selectiva y elitista no tiene lugar en una escuela Waldorf Steiner. Los padres y madres que quieran esta educación estan en el lugar equivocado. El derecho de todos/as los/as niños/as a recibir la educación de la máxima calidad no es solo un ideal social, sino una necesidad social. Rudolf Steiner.
Cuando aparecen dificultades sociales son afrontadas de maneras apropiadas a la edad. La cordialidad, el afecto y la capacidad de escucha son estimuladas activamente. De una manera apropiada a la edad, también se genera una comprensión de que los hechos tienen consecuencias.
En un entorno no competitivo se anima a los/as niños/as a sentir satisfacción por su trabajo y a alcanzar los máximos estándares de los que ellos/as sean personalmente capaces. Así, se anima a los/as alumnos/as a evaluar los logros propios y los de los/as compañeros/as de una manera objetiva, aunque positiva y constructiva. Los/as maestros/as intentan impartir a los/as niños/as un sentido de admiración y reverencia hacia los fenómenos naturales y hacia otras personas, y en los/as niños/as más jóvenes esto forma una base para el interés, respeto y deseo de conocimiento en la adolescencia. Con un fundamento así los/as jóvenes pueden cultivar en el interior su propia voz de la conciencia y un sentido de justicia y responsabilidad. El trabajo en equipo y la solución de problemas se aprenden por medio de muchos proyectos artísticos y prácticos. Mediante una exhaustiva experiencia de trabajo, actividades prácticas ecológicas y sociales, los/as estudiantes no solo comprenden el mundo del trabajo, sino que también aprenden a solidarizarse empáticamente con los/as demás, y a reconocer la necesidad de soporte mutuo en todos los ámbitos de la vida.
En su contacto con los/as alumnos/as, el entusiasmo de los/as maestros/as es una fuerza moral que surge desde su propio desarrollo y crecimiento personales. Los/as maestros/as son efectivos/as e influyentes no tan solo en aquello que saben, sino también en aquello que son ellos/as mismos/as y en aquello con lo que se identifican. Se enseña a los/as niños/as a formar juicios en base a la observación cuidadosa y a transferir estas habilidades en el ámbito personal, social y ético. La comunidad escolar, como conjunto, refleja estos principios no como un sistema de creencias, sino como reconocimiento del idealismo inherente en todos/as. La implicación, el compromiso y no menos el trabajo y el sacrificio hecho por los padres y madres, tienen una influencia ejemplificadora y motivadora sobre los/as alumnos/as.
El vandalismo, el absentismo escolar y la intimidación son poco comunes en las escuelas Waldorf, hecho que probablemente refleja la identificación de los/as alumnos/as con los valores de la escuela. Se otorga mucho tiempo a la resolución de dificultades sociales en el aula o en el contexto escolar. Las escuelas tienen políticas efectivas para resolver la intimidación y el conflicto, políticas que se van revisando regularmente en los claustros semanales de profesores/as y que son implementadas cuando aparecen dificultades.
Igualmente, la comunidad adulta de la escuela intenta enfrentar las cuestiones de agravio y conflicto de una manera constructiva. Tanto los padres y madres como los/as maestros/as contribuyen en este proceso.
Una reciente encuesta en Alemania planteó la pregunta: ¿Qué tendría que priorizar la política educativa nacional: incitar el máximo logro de una minoría o iguales oportunidades para todo/as? El 82% escogió la igualdad (der Spìegel 22-12-1997, pág.34) En una encuesta similar en nuestro país se tendrían que esperar resultados parecidos.
La pregunta a hacese no es: ¿Qué necesita el hombre/mujer saber y poder hacer para encajar en el orden social existente?, si no: ¿Qué potencial tiene cada individuo y qué se puede desarrollar en él? Entonces será posible que la nueva generación añada fuerzas siempre nuevas al orden social. Y entonces este orden social será aquello que los seres humanos realmente maduros y comprometidos quieran hacer de el. La nueva generación no ha de ser modelada por aquello que el orden social existente quiere hacer de ella. Rudolf Steiner Assaig: “Freie Schule und Dreigliederung”, incluído el volumen GA 24 de la obra completa.