Es indescriptible la gratitud que se siente cuando voluntades quieren colaborar, colaborar en un proyecto como éste; cuando jóvenes voluntades con miras en su futuro proyectan su quehacer en nuestra comunidad. Este curso nos acompañaron Justus, Pauline y Antonia, era una nueva experiencia tener un voluntario chico en Krisol, también a una pareja como eran Justus y Pauline y la verdad es que no nos arrepentimos en esta decisión.
Antonia, con tu dulzura acompañaste a los cursos de Primaria como una experiencia inigualable pues también era la primera vez que se dedicaba tanto tiempo y responsabilidad a alguien con este rol en esa etapa. ¡Gracias infinitas, Antonia!
Pauline, acompañaste la clase de Roure con tu dulce presencia erguida y, sobre todo, tu silencio hacía que los más pequeñitos se impregnaran y se sentaran en su delantal casi inamovibles… ¡gracias Pauline!
Justus, con tu presencia, ágil y laboriosa, acompañaste al grupo de Arç, fue una hermosa experiencia tenerte allí, tu presencia varonil hacía que los varoncitos se sintieran bajo una empatía impresionante, había caballitos, carreras y también trabajo serio y fuerte, ¡gracias Justus!!
Gracias a los tres por esta oportunidad que, aunque muy corta para lo que queríamos y para lo que suele ser, fue tremendamente valiosa y fructífera.
Esperamos veros aquí nuevamente y cerrar esta etapa de una manera más cercana.
Claustro de Krisol